“La mejor manera de engordar es seguir dietas restrictivas”
¿Qué es el alimento para ti?
¿Es el alimento es un medio, un instrumento para crecer y evolucionar o un obstáculo con el que te tienes que enfrentar varias veces al día todos los días de la semana? El alimento no engorda; lo que pensamos y las emociones que rodean el alimento y el acto de comer es lo que nos llevan a desarrolla un trastorno del comportamiento alimentario.
¿Y entonces Cómo y Cuándo empieza todo? A partir de la fecundación, la alimentación empieza a tener una importancia vital para el nuevo ser que se está gestando.
Una vez el óvulo es fecundado por el espermatozoide, el cigoto resultante tiene aproximadamente 1 semana para llegar al útero e implantarse, sino será expulsado a modo de menstruación. Durante esos 7 días, el cigoto se nutre de la secreción de la mucosa de la Trompa de Falopio, una secreción salada, y del vitelo. Una vez llega al útero se ha de implantar para poder sobrevivir. Recibe entonces un shock glucídico (un chute de glucosa) que actúa de estímulo y desencadenante del rápido desarrollo fetal.
Tres de cuatro embarazos terminan en aborto espontáneo por falta de nutrición ya que para poder implantarse el cigoto necesita glucosa.
Desde la fecundación y a lo largo de toda nuestra vida, el azúcar, la glucosa será muy importante porque es el nutriente energético por excelencia y el objetivo número uno del ser humano será ser autónomo a nivel de glucosa.
A dicho estrés fisiológico, le hemos de añadir el posible estrés del entorno durante el embarazo (madre, padre, ambiente…) y el estrés de nacimiento – shock térmico – pasamos de una temperatura de 37º C en el vientre de mamá a una temperatura exterior de 20 o 22ºC.
Nuestro cerebro arcaico (primario) graba estos acontecimientos y dependiendo de cómo los vive el embrión y el feto, somatizaremos más adelante con un síntoma u otro.
Maneras de somatizar de mi cuerpo – mensajes– :
Bebés Buda (Obesidad de un bebé) – Estrés de la madre durante el embarazo y el bebé nace con el programa “he de proteger a mamá” y acumula grasa, una de cuyas funciones es la de aislante térmico y protección corporal.
Atracones – puede ser por una falta de mamá o una mamá infantil y la busco en el alimento. Cuando se cronifica puede dar lugar a sobrepeso y obesidad.
Anorexia – puede ser por exceso de mamá; una madre controladora o manipuladora y yo busco desaparecer.
¿Por qué fallan las dietas?
Las dietas se basan en reducir o modificar el consumo de alguno de los grupos alimentarios principales. El tiempo que dura la dieta, vamos usando las reservas que tenemos acumuladas, primero las grasas y después el músculo (proteína). Esto activa un mecanismo de supervivencia básico que es la memoria celular de la escasez, carencia, privación o falta vivida en el pasado ya sea nuestra, de nuestros padres o de nuestros ancestros. Nuestro cuerpo interpreta que nos falta comida (como pasó en alguna época de escasez o guerra) y responde:
1. Primero aumentando el rendimiento energético; disminuye el metabolismo (instinto de supervivencia) y consume menos para hacer lo mismo.
2. Después empieza a acumular grasa (reserva de energía) para evitar que lo que está pasando vuelva a suceder – Efecto Rebote.
El cerebro arcaico no sabe diferenciar entre pasar hambre por necesidad o por voluntad. El hambre es un mecanismo reflejo de supervivencia y genera una alerta en dicho cerebro que no sabe que existen neveras ni supermercados.
El efecto rebote se suele producir después de hacer una “dieta milagro” que lleva a comer menos de lo que el cuerpo necesita durante un período de tiempo determinado. El cuerpo al finalizar la dieta puede que necesite menos calorías por ese aumento del rendimiento energético. El efecto resultante es el almacenamiento del exceso de energía en forma de grasas de reserva.
Cualquier déficit calórico puede generar una disminución del gasto metabólico de más del 50%. Cuando se regresa a una alimentación normal el cuerpo no genera otra modificación y por eso engorda.
El efecto acordeón de las dietas hipocalóricas lleva por tanto a una resistencia progresiva al adelgazamiento.
Somos lo que comemos, pero lo que comemos nos puede ayudar a ser mucho más de lo que somos.
Alice May Brock.
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